domingo, 4 de noviembre de 2012

OCÉANOS Y NUNCA

Océanos perlados y diademas del aire 
escrutan los tejidos de tu memoria vil; 
y la duda, que ataca como atacan las horas 
el lecho de mi niño, resplandece de pronto. 

Nunca comprenderías a la fétida joven 
que en el osario teucro rugió por el estupro; 
tampoco, entre murallas, negarías la afrenta 
que sufrió de Occidente la negra marejada. 

Océanos, y el culmen de los tres estampidos 
--y vasijas en ciernes, y el mito de los odres--; 
nunca enardecerías a la nuera del fulcro 
ni te retirarías entre pieles y cellos. 

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