miércoles, 11 de septiembre de 2013

LA GALAXIA

Un incendio devora 
los campos. Hay quien ruega 
a Dios por que la lluvia 
caiga por fin. Inútil 
su plegaria; viciosa.
Arden los campos. Hay 
bomberos voluntarios 
para quienes el fuego 
puede ser extinguido, 
pero actuando. Hay también
políticos que tratan 
de quedarse con todo 
el rédito posible: 
quién apagó el incendio, 
quién fue el inoperante. 
Arden los campos. Hay 
quien duerme; los demás 
sudamos en silencio. 
Pasa un auto. La cosa 
será olvidada pronto: 
arderá otra noticia 
en nuestros pechos huecos
y la lenta galaxia 
seguirá navegando. 

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