lunes, 29 de julio de 2013

Y TE CALLÁS

Y sí: poquita cosa 
era la poesía. 
¿Te acordás? La profunda 
emoción que sentiste 
al leer tal historia...
El amor a los libros 
que tu madre traía 
del Centro, esos usados,
desmesurado amor...
Y poco más, ¿no cierto? 
Lo de Handke, la Musa 
que le dice que apenas 
una voz, sus palabras
--esas menesterosas--,
es el poema: voz 
como la de cualquiera, 
pero tuya. Y quisiste 
ser eso: vos: abrir 
la boca, balbucear
un poco de lo tuyo
en el papel... Palabras, 
nada más que palabras. 
Como las de tu madre, 
a fin de mes --y duelen,
y te callás--: "¿te queda
aún dinero?". Como 
las de cualquiera, cuando 
te conoce y pregunta 
a qué te dedicás. 

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