viernes, 7 de junio de 2013

ESA PIEL

Último padecer, 
hacés que los poemas
pretendan formas claras 
que regalás sin más 
al estulto vecino; 
las previas fueron cruces
en los helados muros
de una casa que nunca 
fue tuya. En ella luego
amaste y te olvidaste 
del sentido de arar 
para los otros: poco,
huero fruto mordías
entre tus labios. No 
podemos permitir 
que repitas exangüe: 
"la poesía ha muerto". 
Tu corazón, tu viejo
corazón de negar, 
pierde esa piel ahora. 
No temas, que mañana 
vas a apartar juicioso
a todo aquel que exija
lo que sólo a vos toca
de tu propia visión. 

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