lunes, 3 de junio de 2013

AHORA QUE TODO NOS DESLUMBRA

Tiempo para mi madre. 
Y los vasos se ensañan 
en los manteles últimos. 
Y ella ya no comprende 
que comienzo a entreverla. 
Muñeco de hilos dulces 
que destripamos pronto. 

Tiempo para mi madre. 
Acompañarla ahora 
que todo nos deslumbra. 
Conciso testimonio 
el temblor de sus manos 
de aljibe. Ya se aleja:
destrozada, menor. 

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