jueves, 29 de agosto de 2013

LA COPA DE LAS HORAS




a Mariano Pérez Carrasco 


Pero el tiempo es inmenso. 
El tiempo es ese gato
indolente que duerme
allá en la mesa, o sólo
hace de blanda estatua.
Imitalo. Callá
tus pasos en la arena
y percibí el silencio,
quieto como una nube. 
Todo pende y se expresa,
acabado. Tomá 
cada ser al alcance 
de tu mano y con tino 
sopesalo. Navegan 
las cosas hacia vos, 
te rozan, se diluyen. 
Es una fiel deriva
el tiempo. Es como un buey 
que pasta sin apuros. 

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