viernes, 18 de enero de 2013

YO ERA EL MUERTO

Yo era el muerto, y latía 
secamente en la noche 
mi corazón, y un soplo
negado era la vida. 

Y los otros --¡los otros!-- 
se erguían como mármol 
vaciado, y el silencio 
era espanto y ciclamen. 

Y estaba muerto, y era 
la crueldad lo debido: 
desollarme inclemente, 
vagar frente a los otros. 

Secamente latía
mi corazón, y llaga
supurante era amar
su mármol en la noche. 

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