a Sergio Sánchez
¿Nosotros? Sí: miramos
las cosas como por
primera vez, y nos
extasiamos y las
celebramos: algo hubo
que apareció sin más,
resplandeciente y vivo,
fastuoso en su humildad.
Pero después andamos
de sorpresa en sorpresa:
como quien colecciona;
o, y es lo más común,
adocenamos nuestra
mirada, ya saciada
el hambre de una endeble
curiosidad. Y vamos
--¡y no somos conscientes!--
a través de una noche
colmada de delicias
que nacen y se extinguen
como por sortilegio.
¡Ah, noche en que podríamos
ver las flores fugaces!
¡Ah, mirada que, obtusa,
deprecia porque ignora
cada relumbre o ser
que yace: primitivo,
y terrible, y ajeno!
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