Las ganas de escribir
un poema, de nuevo.
Una sobreabundancia;
palabritas que piden
partir; su singladura.
No hay último poema:
al final siempre sale
reincidir. Y el sentido
es la urgencia con que
me procuro, no hay caso,
lapicera, papel,
soledad. Algo quiere
suceder; qué sería
de mí si las callara.
Eso sí: yo hago mutis
y algo escribe, precisa
registrar ciertas cosas
para después. O no:
es el eco de un mundo,
los restos de una fiesta
en la que nunca supe
que estuve sino ahora.
por otro lado, mencanta qe ligues la escritura, esta cosa de ser/estar y su contrario, y su potencia, todo en un mismo movimiento quieto por lo imperceptible, hasta qeu se visibiliza en trazo; decía: me encanta qeu relaicones ese moviemiento con la percepcion de la alegría o felicidad.
ResponderBorrar¡Que siga la parranda, entonces! y la consciencia de la parranda, sobre todo! besotones
la ceci.