Un incendio devora
los campos. Hay quien ruega
a Dios por que la lluvia
caiga por fin. Inútil
su plegaria; viciosa.
Arden los campos. Hay
bomberos voluntarios
para quienes el fuego
puede ser extinguido,
pero actuando. Hay también
políticos que tratan
de quedarse con todo
el rédito posible:
quién apagó el incendio,
quién fue el inoperante.
Arden los campos. Hay
quien duerme; los demás
sudamos en silencio.
Pasa un auto. La cosa
será olvidada pronto:
arderá otra noticia
en nuestros pechos huecos,
y la lenta galaxia
seguirá navegando.
"Pasa un auto."
ResponderBorrarHe ahí el quiebre :)