Sus guedejas un otario
columpiaba despacioso.
Vino el mirto y se plantó,
ardite para mojones.
Mira el funyi tal presea
o fulcros sin distender.
El otario, crencha y moco,
dilapidaba fusiles.
¡Periplos inconducentes!
¡Fuente inmune! ¡Primerear!
La gentuza, distinguida.
¡Guerra total al macaco!
¡Colocón o padecer!
Los sulquis claman vendetta...
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